Día de los Abuelos y las Personas Mayores

Escrito el 26/07/2022
Agustinos


 “Protagonistas de la revolución de la ternura "

En el calendario católico, el día 26 de julio se celebra a S. Joaquín y St. Ana, los padres de la Virgen María, la madre de Jesús. Por lo tanto, se recuerda a los abuelos de Jesús, por parte de madre.

Fue el propio Papa Francisco quien quiso, el año pasado, establecer un día dedicado exclusivamente a los abuelos y a las personas mayores. De esta manera, está previsto que la Jornada se celebre cada año, en el ámbito de la Iglesia Católica, en las eucaristías del domingo cuarto del mes de julio, alrededor de la fecha de S. Joaquín y Sta. Ana.

En muchos países del mundo encontramos esta celebración de los abuelos, aunque no lo hagan el mismo día. Pues, igual que hay un día dedicado a las mamás y, otro, a los papás, es importante dedicar también un día a los abuelos, que siempre han sido tan importantes en la vida de cada grupo humano, de cada persona en particular.  

En esta fecha, el Papa hace un llamamiento a los ancianos a seguir aportando todo lo que pueden dar, porque las personas mayores tienen “una sensibilidad especial para el cuidado, para la reflexión y el afecto” y les invita a ser protagonistas de una “revolución de la ternura”.

Asimismo, señala en su mensaje por este día, que “los abuelos y los ancianos, tenemos una gran responsabilidad: enseñar a las mujeres y a los hombres de nuestro tiempo a ver a los demás con la misma comprensión y la misma mirada tierna que dirigimos a nuestros nietos. Hemos afinado nuestra humanidad al ocuparnos del prójimo y hoy podemos ser maestros de un modo de vivir pacífico y atento a los más débiles».

“Los ancianos -sigue diciendo el Papa- ayudan a percibir «la continuidad de las generaciones», con «el carisma de servir de puente». Muchas veces son los abuelos quienes aseguran la transmisión de los grandes valores a sus nietos, y «muchas personas pueden reconocer que deben precisamente a sus abuelos la iniciación a la vida cristiana».

Con estas palabras, el Papa quiere hacernos entender que la construcción de un mundo mejor pasa -también- por revalorizar la figura de nuestros mayores, yendo a “contracorriente respecto a lo que el mundo piensa de esta edad de la vida”, animando al mismo tiempo a las personas mayores a no mantener una actitud resignada”, “con poca esperanza y sin aguardar ya nada del futuro”.