Danos entrañas de misericordia frente a toda miseria humana.
Inspíranos el gesto y la palabra oportuna frente al hermano solo y desamparado.
Ayúdanos a mostrarnos disponibles ante quien se siente explotado y deprimido.
Que tu Iglesia, Señor, sea un recinto de verdad y de amor, de libertad, de justicia y de paz, para que todos encuentren en ella un motivo para seguir esperando.
Que quienes te buscamos sepamos discernir los signos de los tiempos y crezcamos en fidelidad al Evangelio; que nos preocupemos de compartir con amor las angustias y tristezas, las alegrías y las esperanzas de todos los seres humanos, y así les mostremos tu camino de reconciliación, de perdón, de paz.
(Tomado de las plegarias eucarísticas Vb / Vc)