Lo de siempre cuando falta
Sólo entonces, cuando faltas,
me doy cuenta de tu presencia cotidiana.
Sólo entonces, cuando callas
siento nostalgia de tu verso, de tu canto,
de tu verbo, de tu risa.
Sólo entonces me doy cuenta
de que el amor es eso tan cotidiano.
Y entonces lo de siempre se vuelve nuevo, la costumbre cobra vida,
la rutina es fiesta, y al volver a verte, sin que quizás lo notes, exulto.
José Mª. R. Olaízola, sj