Tienes que encender una luz
aunque sea pequeña,
si ella se apaga este mundo
será una tiniebla.
Tienes que arriesgarte a creer
y no cerrar más tu puerta,
vale la pena su brillo
aunque sea pequeña.
No permitas que la noche
invada tu vida,
hay mucha belleza en ti
para que esté escondida.
No le niegues a los otros tus ojos,
tu amor, tu voz, tu alegría.
No te quites libertad
ni borres tu sonrisa.
Tienes que atreverte a vivir
de una forma distinta.
Llenarte los ojos de amor
y sembrar cada día.
Y verás como cambia
este mundo cuando sin temor
abras al fin tu puerta,
y mantengas encendida
tu luz por pequeña que sea.
Y cuando la oscuridad
te haga daño muy dentro,
deja brillar tu candil
que puede ser eterno.
Sólo podrás ser feliz
si te atreves a amar sin medida
la llama encendida
a pesar de los vientos.
Si quieres te ayudo
a cuidar tu pequeña chispa,
hasta que sea llamarada
que de fuerza y vida.
¿Qué tal si encendemos la luz de la clase, la luz de tu habitación, la luz en tu casa y piensas que tú tienes que ser luz para los demás, aunque creas que eres muy pequeño? Martes divertidos, olé