Se nubla de inquietud el pensamiento
al ver el espantoso recorrido
de una ofensa rebelde y sin sentido,
inmersa en lo más hondo del cimiento.
Es grave mi actitud como sarmiento
y al verme en desamparo y dolorido
acudo a ti, mi Dios, arrepentido
de haberte sido infiel sin miramiento.
Deseo que el amor, que en ti es fecundo,
y a fuego… en mi interior es gracia viva
renazca con vigor de lo profundo.
Remanso en tu regazo en forma activa
y ofrezco en mi pobreza un SÍ rotundo
a gloria de tu nombre y paz festiva.
*****
Serafín de la Hoz Veros