“EL QUE PIERDA SU VIDA POR MÍ Y POR EL EVANGELIO, SALVARÁ SU VIDA”
La esperanza busca lo bueno en la gente, en lugar de machacar lo malo.
La esperanza descubre lo que se puede hacer, en lugar de rezongar sobre lo que no se puede.
La esperanza obtiene su poder de una profunda confianza en Dios y la bondad innata de la humanidad.
La esperanza "enciende una vela" en lugar de "maldecir la oscuridad".
La esperanza considera los problemas, grandes y pequeños como oportunidades.
La esperanza no abriga ilusiones ni cede ante el cinismo.
La esperanza fija grandes metas, y no se frustra por dificultades o reveses repetidos.
La esperanza empuja hacia adelante cuando sería fácil abandonar.
La esperanza se conforma con modestos logros, pues se da cuenta de que "el viaje más largo comienza con un paso".
La esperanza acepta los malos entendidos como el precio de hacer un bien mayor a otros.
La esperanza es una buena perdedora porque tiene la seguridad divina de la victoria final.
*****
"Si no existiera la esperanza, el corazón estallaría".
"La vida es un collar de perlas unidas por el hilo de la esperanza" (Tíbulo).
James Keller